En los dos casos que comparamos, la profesión más elegida de partida es la docencia. De los ministros y ministras nombrados entre 2000 y 2004, el 30% y de los nombrados a partir de 2004 el 47%. Que las elites aparezcan de los grupos que se dedican a la docencia no es aleatorio: los docentes tienen una mayor facilidad para pedir excedencias y retomar sus cargos como profesores una vez que han acabado con su cargo político.
Si nos referimos, de manera directa, a los cargos o profesiones ejercidas por los ministros antes de ocupar este cargo, nos encontraremos, fundamentalmente, con dos situaciones:
Procedencia directa del ámbito político local o regional del partido: en el caso del gobierno del PP, el 41,6% de los ministros ocuparon cargo de rango regional o local, mientras que el caso del gobierno del PSOE es del 33%.
Ocupación de cargos de Diputado o Senador en legislaturas anteriores: en el caso del gobierno actual, suponen un 28,5% de los ministros los que ya habían ocupado cargos en las cortes; en el gobierno 2000-2004 es de 29,1%.
Es importante destacar también aquellos ministros que habían ocupado cargos en las elites de la administración, ya fuese central o autonómica: en 2000-20004, el 12,5%; en la actualidad, el 14,2%.
En cuanto a la circulación de las elites, hay que diferenciar entre el paso del gobierno 1996-2000 al 2000-2004, y de la transición de este al actual.
En 2000 se produjo un cambio de gobierno, pero no de fuerza en el poder. El PP tenía mayoría y aunque se presupone que en situaciones de estabilidad se da continuidad y, por tanto, los miembros de las instituciones cambian poco, se dio una fuerte renovación. Esto rompe con la tendencia habitual que marcan la mayor parte de estudios. Del total de 24 miembros que componían el Gobierno, solo 10 se mantuvieron y la mayoría cambiaron de cartera. Esto supone una tasa de permanencia de, solo, el 37,5%.
En la segunda transición, se produjo el cambio de gobierno y además de fuerza en el poder. Por ello, cabe suponer que la renovación fue total, característica clásica de los periodos de crisis o de cambio radical.
En este apartado, es también importante destacar la permanencia media de los cargos del gobierno en cada periodo: en el del PP, es de 31,4 meses; en el del PSOE, y previendo que dure los 4 años que estipula la constitución, es en la actualidad de 43,2 meses. Esto supone que la estabilidad del gobierno del PP es menor y que su renovación es, por tanto, también mayor. Por ello, hace uso de más cargos de la política local, para “cubrir” os huecos que se van generando.